Curazao tiene un puente llamado Reina Juliana, uno de los más altos y quizás largos del mundo, cuya silueta de pájaro se divisa desde los barcos que se aproximan a sus muelles en la madrugada. Tiene una arquitectura que abraza la mirada de múltiples colores en la medida que uno se aproxima a su blanca bahía con las primeras luces de la mañana. Willemstad, la capital de Curazao, tiene una amplia y hermosa plaza llamada Brionplein. Una plaza en honor al prócer curazoleño de la Gran Colombia, el almirante Pedro Luis Brión, que atisba al firmamento con sus binóculos y espada libertadora. En el pedestal de mármol de la inmensa estatua hay un mensaje del inmortal de los inmortales, el Libertador Simón Bolívar, que resalta: "La Gran Colombia le debe a Brión la mitad de su lucha". De esta manera resume Bolívar lo grande del Almirante Brión. Curazao tiene un mercado popular de pescado de las más diversas y ricas especies, que traen pescadores del Oriente venezolano y de otras zonas del Caribe casi todas las mañanas a vender en su pequeño puerto. Curazao tiene otro mercado de frutas frescas, dulces y jugosos que seducen los sentidos de los transeúntes. Curazao tiene locales donde venden todo tipo de objetos artesanales, especialmente unos reptiles elaborados con materiales de reciclaje, pintados con los colores más bellos del Mar Caribe. Curazao tiene un peculiar puente flotante llamado Reina Emma. Un puente que se mueve cuando van a pasar las embarcaciones por el medio de su bahía, la que divide a los barrios Punda y Otrabanda. Un puente movedizo conocido poéticamente como el Swinging Old Lady: La anciana que se mece. Curazao tiene unas casas y edificios coloridos, de una belleza sin par en sus fachadas luminosas amarillas, anaranjadas, rojas y blancas. Curazao tiene amables conductores de colectivos que te llevan a playas cristalinas del Caribe por un par de dólares o florines, su moneda oficial. Curazao tiene diversos idiomas que se mezclan en uno solo en los labios de su gente: El papiamento. Un idioma donde conviven el portugués, el castellano y el inglés. También el holandés. Curazao tiene mujeres amables que te sonríen cuando se bajan de los carros por puesto, tiene aguas tranquilas, aguas de mar azules y verdes en donde pasar las mañanas y parte de la tarde contemplando los colores de tonos pasteles de Caribe, como la playa Mambo. Curazao tiene todo lo que una pequeña isla debe tener para quedarse uno siempre con las ganas de volver. Félix Gutiérrez, Curazao, 2013.
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lunes, 29 de abril de 2013
Curazao tiene
Curazao tiene un puente llamado Reina Juliana, uno de los más altos y quizás largos del mundo, cuya silueta de pájaro se divisa desde los barcos que se aproximan a sus muelles en la madrugada. Tiene una arquitectura que abraza la mirada de múltiples colores en la medida que uno se aproxima a su blanca bahía con las primeras luces de la mañana. Willemstad, la capital de Curazao, tiene una amplia y hermosa plaza llamada Brionplein. Una plaza en honor al prócer curazoleño de la Gran Colombia, el almirante Pedro Luis Brión, que atisba al firmamento con sus binóculos y espada libertadora. En el pedestal de mármol de la inmensa estatua hay un mensaje del inmortal de los inmortales, el Libertador Simón Bolívar, que resalta: "La Gran Colombia le debe a Brión la mitad de su lucha". De esta manera resume Bolívar lo grande del Almirante Brión. Curazao tiene un mercado popular de pescado de las más diversas y ricas especies, que traen pescadores del Oriente venezolano y de otras zonas del Caribe casi todas las mañanas a vender en su pequeño puerto. Curazao tiene otro mercado de frutas frescas, dulces y jugosos que seducen los sentidos de los transeúntes. Curazao tiene locales donde venden todo tipo de objetos artesanales, especialmente unos reptiles elaborados con materiales de reciclaje, pintados con los colores más bellos del Mar Caribe. Curazao tiene un peculiar puente flotante llamado Reina Emma. Un puente que se mueve cuando van a pasar las embarcaciones por el medio de su bahía, la que divide a los barrios Punda y Otrabanda. Un puente movedizo conocido poéticamente como el Swinging Old Lady: La anciana que se mece. Curazao tiene unas casas y edificios coloridos, de una belleza sin par en sus fachadas luminosas amarillas, anaranjadas, rojas y blancas. Curazao tiene amables conductores de colectivos que te llevan a playas cristalinas del Caribe por un par de dólares o florines, su moneda oficial. Curazao tiene diversos idiomas que se mezclan en uno solo en los labios de su gente: El papiamento. Un idioma donde conviven el portugués, el castellano y el inglés. También el holandés. Curazao tiene mujeres amables que te sonríen cuando se bajan de los carros por puesto, tiene aguas tranquilas, aguas de mar azules y verdes en donde pasar las mañanas y parte de la tarde contemplando los colores de tonos pasteles de Caribe, como la playa Mambo. Curazao tiene todo lo que una pequeña isla debe tener para quedarse uno siempre con las ganas de volver. Félix Gutiérrez, Curazao, 2013.
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